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Mostrando entradas de marzo, 2012

SENSACIÓN DE CONEXIÓN

Amor, si te digo algo ¿me prometes que no te vas a molestar?” “Te voy a decir algo pero no lo vayas a tomar a mal…” “Amor, creo que tenemos que hablar de nuestra relación”… ¿Nunca les ha pasado que Uds. o sus parejas han empezado una conversación con alguna de estas frases? ¿Y qué sucedió después? No tienen que pensarlo mucho, con seguridad todo salió un desastre. Las tres variantes escogidas apuntan a un mismo reto: el reto de hablar sobre lo que cada uno siente respecto de la relación o del matrimonio. Es un reto en el que la mayoría de las parejas va perdida desde el inicio. Ellas piensan que ellos no quieren hablar y ellos piensan que es inútil hablar de esto. No importa la variante escogida en las que se solicite hablar sobre el “nosotros”, el intento casi siempre va destinado al fracaso. Seguramente que si el lector es una mujer, en estos momentos estará pensando que estos diálogos fracasan antes de nacer porque a los varones no nos gusta hablar. Ellas quisieran que sus

Tres amenazas actuales que juegan en contra del proyecto de Pareja

Imagínense una persona que tenga la cabeza de un bebe, las manos de un niño, las piernas de un adolescente, el corazón de un joven y lo demás de adulto. Impensable, ¿verdad? Sin embargo esta deformidad es perfectamente posible en la psiquis humana: podemos tener la inteligencia o la habilidad para los negocios de un adulto pero la tolerancia a la frustración de un niño, el control de impulsos de un adolescente y la forma de amar de un bebé. Tal deformidad se debe a que los diversos aspectos del psiquismo humano se van desarrollando –o estancando- en paralelo en base a la interacción con el ambiente familiar, cultural y social los cuales estimulan, o dejan de hacerlo, sus principales cualidades. Es indiscutible que las personas nacemos dispuestos a “sentir amor”, primero por nuestra madre y después paulatinamente por otros miembros de nuestro entorno, hasta que un día, ya de adultos, amemos a alguien de “otro entorno”. Desde que nacemos amamos y en cada una de las etapas de nuestra